miércoles, 17 de febrero de 2010

LA SABIDURIA

Colosenses 2:3 “para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”

Cuando hemos aceptado a Cristo, la sabiduría desciende a nuestros corazones, esta nos lleva a respetar todos los conceptos del evangelio, y a entenderlo, el principio de la fe más importante es “que Jesucristo es el Señor”, y de allí mana toda sabiduría.

Esta sabiduría es pura, pacifica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbres ni hipocresías. Santiago 3:13-18

La sabiduría son nuestras obras, nuestra manera de vivir. Conforme a nuestra obediencia vamos a ser prosperados y luego Dios nos dará la habilidad para manejarlas.

1 Reyes 4:29 “Y Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura de corazón como la arena que está a la orilla del mar”

La prudencia es una virtud que consiste en discernir lo bueno de lo malo, para seguirlo y huir de ello. Entonces podemos decir que Dios le dio a Salomón discernimiento de lo bueno y lo malo, y la capacidad para hacerlo (sabiduría).

Santiago 1:5 “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.”

Muchos de nosotros conocemos La Palabra, pero ante situaciones adversas no podemos ponerla por obra, entonces es aquí cuando debemos clamar a Dios para tener sabiduría, la cual nos capacita para obrar de acuerdo a la Palabra de Dios, y es el Espíritu Santo quien nos dé esa fuerza.

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