El arrepentimiento es un cambio voluntario y sincero que se inicia en la mente del pecador y que lo lleva a apartarse del pecado. Se trata de un cambio total y radical en nuestra forma de vivir.
No es tan sólo sentirse culpable por el pecado. Este sentimiento impulsa al pecador a compensar su pecado por medio de buenas obras y amor a Dios. El arrepentimiento incluye también el cambio voluntario y sincero en nuestra actitud.
La actitud del hombre natural es la rebeldía; que desconoce la autoridad de Dios, para vivir como a cada uno le place. Cuando nos arrepentimos, cambiamos esa actitud de rebeldía por la de sumisión a Dios.
“No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.”(Romanos 12:2)
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